Todavía queda un ingente trabajo por realizar en cuanto a los topónimos prerromanos de las islas Baleares; que han sido despachados por muchos investigadores, con un cómodo: ‘de origen desconocido’ o violentados, descaradamente, para ajustarlos a etimologías árabes, o antroponimias romanas, en función de cierta homofonía.
El olvido sistemático, que hacen de las Baleares, los investigadores peninsulares, en sus series toponímicas, clásicas, medievales y modernas, es casi total. Las referencias bibliográficas, escasísimas, pueden cubrirse con dos o tres folios, como mucho.[1]
Sin embargo, la documentación medieval de los archivos mallorquines [2]encierra un valioso tesoro lingüístico, no apreciado ni valorado suficientemente,[3] para averiguar, más allá del catalán, el árabe o el latín, cual es el horizonte cultural prerromano de adscripción de nuestras islas. Tema este, por otra parte, que se presenta como uno de los ‘grandes asuntos pendientes’ de la arqueología y la historia antigua del archipiélago.
La heráldica municipal de algunos pueblos de la isla pertenece, a estudios etimológico-toponímicos de los años 40 o 50 ( en el caso de que existiesen) y ofrece imágenes representativas del topónimo, tan variopintas y curiosas como: Inca (‘un perro’), Llucmajor (‘una gran luminaria’), Bunyola (‘unos buñuelos’), Manacor ( ‘una mano con un corazón’), Alaró (‘un ala’), Búger (‘una bujía’), Sencelles (‘una silla de montar’), Llubí (‘un lobo’), Santanyí (‘el Santo Cordero’), Campanet (‘una campana’) etc. en donde se evidencia una interpretación etimológica, homofónico-popular, catalana, llevada a extremos inauditos, aunque no muy diferente de las habituales, en cualquier otra parte del territorio peninsular.
Hay también que alertar, ante determinadas obras sobre toponimia prerromana,[4] en donde la fantasía y el escaso rigor hacen un flaco favor a este tipo de estudios y no confiar demasiado en otros trabajos, más “profesionales”, en donde, por ejemplo, en mapas epigráfico-lingüísticos de la Hispania prerromana (2004) [5]se coloca a Mallorca y Menorca como detentadoras de una lengua Fenicia-Púnica o Libio-fenice, sin ningún tipo de estudio.
Además, en alguna obra reciente,[6] a la que se le presupone un cierto valor académico, se efectúan afirmaciones tan peregrinas, como que no existe relación étnica, lingüística o cultural de los pueblos de las Baleares, con los pueblos de la Península Ibérica.[7] O que la isla de Ibiza se hallaba deshabitada hasta la fundación en el siglo VII a.C. de la colonia cartaginesa, etc. Evidenciando, como apuntaba anteriormente, el grave desconocimiento de la realidad prerromana balear, tanto arqueológica, como lingüística.
Hoy en día, no es prematuro ni aventurado, significar que gran parte de la toponimia prerromana de Mallorca y Menorca, apunta hacía un horizonte de tipo indoeuropeo, concretamente de aspecto paleoeuropeo y celto-ligur. Como nos evidencian estos pocos ejemplos:
*Alb (Albana, Albenya, Albassalba, Albene, etc.)
• *Alm (Almaia, Almariall, Almallía, Almadrán, etc.)
• *Ann (Anna –varios- Annaxtira, Annixena, Anniana, Anaya, Annachela, Daianna, etc.)
• *Er (Aralafoday, Aratal, Areiguas, Aresconcara, Arón, Arraco, Artana, Artrux, Orient, Arrenda (?), etc.)
• *Arg (Argentor, Argonyanna, etc.)
• *Bal (Balagay, Balafi, Balo, Balleix, Baliares, etc.)
• *Band (Bunyola, Banderola, Banya, Banyols, Benascar, Bini, Biniarodi, Benimoratgi, Beniarri, Biniaco, etc)
• *Bocc (Boccoris)
• *Bol (Bolo, Bolaix, Boltan, etc.)
• *Borm (Bormeta,Borbram, etc.)
• *Caca (Cacabus, Cacalox, Cacamautx, etc.)
• *Calv (Calviá, etc.)
• *Cast (Castor, Castelig, Castruig, Castil uyun, etc.)
• *Kal (Calicant, Galatzó, Caloritx, Galdent, etc.)
• *Kar (Caramany, Carbecunda, Garonda, Carcoba, Caro, etc.)
• *Cau (Caucanaris, Caucor, etc.)
• *Sta (Estalella, Estorell, Estellenchs, etc.)
• *Iam (Iamno –Ciutadella-)
• *Lop (Lopatar, Lubi, etc.)
• *Lag (Lluc –varios- Locoplan, etc.)
• *Mag (Maga, Maganet, Maghen, Magaluf, etc.)
• *Mai (Maia, Maianes, Mainou, Moianna, etc.)
• *Mal (Malany, Malabeinna, Malbuger, Malian, Mallorca, etc.)
• *Mil (Millac –Artá- ; Millac –Manacor- ambos torrentes.)
• *Min (Minar, Miner, Mina, etc.)
• *Mir (Mira, Mirabona, etc.)
• *Mor (Morat, Morast, Moreió, Morian, Murci, Morelon, Morvedra, etc.)
• *Mus (Mussu, Mossa, Moscaritx, Mosseta, Mussupta, etc.)
• *Nar (Naria, Naron, Nura, etc.)
• *Pal (Palafanga, Palma alta, Palmeiro, Pélag, Peller, Palma, etc.)
• *Pont (Pontarró, Pontiró, Pontico, Ponça, etc.)
• *Sab (Sabor, Saboleda, etc.)
• *Sal (Salamo, Salayro, Salia, Solanda, Suliar, Solleric, Siller, Saluet, Sulata, Sulceron, Sulsia. etc.)
• *Sneu (Sanau, Sineu, etc.)
• *Sant (Santmaior, Santianni, Santa Ponça, Santa Galdana, Santueri. etc.)
• *Sar (Serita, Saraix, Sargossam, Sarria, etc.)
• *Sek (Segaminich.)
• *Tag (Tacaritx, Tagomago, etc.)
• *Tal (Talapi, Talati, Talax, Tale, Taliu, Talman, Taló, etc.)
• *Tar (Tarsilbet, Tarainna, Tergumen, Termenor, Turdonell, Turmaden, Taurixant, etc.)
• *Tor (Tora, Toraixa, Torralba, Torelent, Toro, Tortix, etc.)
• *Treb (Trebalug, Trebuco, etc.)
• Y un largo etc., destacando otros ejemplos mallorquines nítidamente célticos [8]como son:
• Acuto (También nombre de un río en la Galia)
• Madran (Existen otros hidrónimos célticos idénticos)
• Ataxi (El Atax era un río de la Galia Narbonensi)
• Caparo (Capara era una Urbs Lusitana)
• Latarix (Era el nombre de un Castellum, Galia Narbonensi)
• Luriac (Recuérdese el céltico Luriac)
• Malian (Recuérdese el céltico Malian)
• Capus-Bini- (Recuérdese el Kapus Ilirio. Holder. Alt.Celt.)
• Scaldabech (Hay un sinfín de hidrónimos célticos sobre la base “scald”)
Vamos a analizar, seguidamente, dos significativos y antiguos topónimos, actualmente desaparecidos, escondidos en la documentación medieval, y pertenecientes a un pequeño valle de la Sierra Norte mallorquina, concretamente, al término de Valldemossa: Segaminich y Balagay.
Segaminich figura documentado en 1240, a los pocos años de la conquista, como “ría Segaminich”[9], aunque haya pasado a otros textos recientes como “Alquería Segaminich”[10], debido posiblemente a que medievalistas como Ricard Soto o A. Poveda[11], con acierto y prudencia, lo transcriban, colocándolo entre paréntesis como alquería, según interpretación propia, que no texto, del documento original: “(alque)ría Segaminich”. Es decir, que en el documento únicamente figura “ria Segaminich”,[12] lo que motiva que no vuelva a aparecer, jamás, en los futuros traspasos de alquerías del término de Valldemossa, como sucede con otras alquerías que, efectivamente, sí lo son.
Por referencias documentales, parece ser que nos estamos refiriendo a una zona situada entre la actual finca de ‘Es Nogueral’ y la antigua alquería Balagay[13] (que se hallaba repartida entre las actuales posesiones de Son Brondo y Son Salvat)[14]; actualmente sabemos que el único torrente o ‘ría’, que surca aquellos terrenos, no es otro que el actual ‘Torrent d´avall’[15], que abandona el valle bajo de Valldemossa por la zona de ‘S´estret’, habiendo recibido antes, cerca de Son Brondo, las aportaciones hídricas, tanto de la ‘Font des Obits’ como las del pequeño torrente, que se origina entre las muelas rocosas de ‘Sa Comuna’ y ‘Son Pacs’; y que inundaba, periódicamente, el valle inferior de Valldemossa situado entre ‘Son Matge’, ‘Son Brondo’ y ‘Son Salvat’.
Por otra parte, la etimología del topónimo en cuestión, nos remite a un clarísimo hidrónimo, como veremos a continuación.
La primera parte de Segaminich, ‘Seg’ tiene paralelos abundantes en la hidronimia europea, clásica y moderna: Segadell (río, Ribes de Freser, Catalunya), Segarraya (riera, Valle de Ezcaray), Segara (río que pasa por las Cuevas de Vinromá y desemboca al S. E de Alcalá de Xivert), Segart (riera y barranco del Bajo Palancia), Segadelles (riera y barranco, subafluente del Ebro), Segre (río catalán, cuyo nombre antiguo Sicoris, J. Coromines lo relaciona con los Urnenfelder), Segeta (torrente en Moingt. Dep. Loire, Francia), Segese (actual río Zeegese, Holanda), Seggaha (1270, afluente del Jagts, Alemania), Segusia (actual río Suze, Suiza), etc.
Y a los que sin duda podríamos añadir, con las correspondientes variantes vocálicas como ‘Sag’: Sagone (río en Córcega), Sage (río, en Piedemont, Italia) e incluso con ‘Sig’: Siga (río afluente del Rhin, Alemania), Sigona (afluente del Sauer, Alemania), Sigüena (arroyo del Concejo de Piloña, Asturias), etc.
Las fuentes clásicas de la Antigüedad también nos legaron un abundante repertorio hidronímico: Sicanus (actual río Jucar-Xúquer), Saganna (afluente del Ródano. Rav. 242.9), (A)Sigarra (río Segarra, Castellón de la Plana. Ptol. 2.6.63), Sagiarius (río del Ponto. Plinio 6.4), Sagra (río de la Magna Grecia. Plinio 3.95. Quizás una forma sincopada de un anterior *Sagara), Sagis (desembocadura del río Padus italiano), Sagonin (río de los Bituriges en la Galia), Sequana (actual río Seine, Francia), Segisama (actual río Seymaz, cantón de Ginebra), Segontia (actual río Sionce, Suiza), así como una serie de ciudades que podrían tener, el origen de su nombre, no en su “victoria”, “fuerza” o “poder”[16], sino en el río o los ríos que las bañan: Saguntum (actual Sagunto, Valencia, a orillas del Palancia), Sigüenza (en la antigüedad conocida como Segontia, Segunta y Saguntia; bañada por los ríos Alto Henares, Dulce y Salado), Segovia (la ciudad arévaca nombrada por Plinio junto a los ríos Eresma y Clamores), Segesta (Ligur, actual Sestri Levante, en Italia, junto al río Gromolo), Segeda (la antigua Secaisa, en el paraje de ‘Durón’, margen derecha del río Perejiles, cerca de Calatayud). Y quizás cabría en este apartado algunos “Rioseco” peninsulares que de secos no tienen nada.
El origen pues del primer segmento de nuestro Segaminich, podría tener su razón de ser en el radical *sega, resultado a su vez de la raíz hidronímica i.e. *Seikw que significa ‘fluír, ‘verter, ‘colar’, ‘echar’; de donde surge el celto-ligur “Sek”: ‘corriente de agua’. También hay que considerar la posibilidad de que se trate de un claro adjetivo, en base a la raíz i. e. *Segh- “fuerza, poder, victoria”. Refiriéndose a un ‘torrente que fluye con fuerza’.
Esta última raíz, arrojó innumerables antropónimos, en la Galia y en la Península Ibérica: Segius, Segeius, Segetius, Segisamus, Segontius, Segilus, Segia, Siga, Sige, Sigenia, Sigerus, Segomarus, Sigovesus, etc. etc. Y en ella podemos rastrear etnónimos como los Segalauni, Segovellauni, Sicanos, etc. y teónimos: la gallego-lusitana Saga, Segomanna, Segeta, etc.
Respecto a la segunda parte de nuestro topónimo, es evidente que “minich” es una forma ibero romance procedente de “minius”.
Sobre esta misma base hallamos un abundante número de nombres de ríos y torrentes, especialmente en Europa occidental, central y báltica, como: Minc-ius (río de la Galia Cisalpina. Mincio en Polib. Y Estrabón), Mini(us) (río Miño actual en Galicia. Plinio 4.112 y P. Mela 3,10), Mineich (afluente del Sar, Alemania), Minio (Etruria, Italia), Moenus (actual río Main, afluente del Rihn; Plin. 9.45, Tácito Germ. 28), Maina (actual río Meon, Hampsire, Inglaterra), Main (río de Irlanda), Minius (actual río Mignano en Vicenza, Italia), Minio (río Deva actual en Cantabria. Citado en la conquista romana de Cantabria. Orosio 6.21.7), Riega Miña (Potes, Turieno, Cantabria), Miña (afluente del Saja), Maine y Moine (Francia), Möhne (afluente del Ruhr, Alemania), Meinfliss (Afluente del Elde, Alemania), Minnenbach (Krems, Austria), Mine (Devonshire, Inglaterra). Asimismo en las zonas eslava y báltica existe un buen repertorio: Mienia (Toruh y Wloclawck), Mienia (afluente del Swider), Minia (afluente del Bug), Minia (al N. de Lublin), Myna (Ucrania), Minica (al N. de Pinsk), Minoga (afluente del Dlubnia), Menoge (río al S. del lago Genfer), Minoha (Ucrania), Mnoga (afluente del Velikaja), Minià (río de Lituania), Mìnupe (río de Lituania), Mìnnija (río de Lituania), Mineikis (río de Lituania), Minelis (río de Lituania), Minaga (lago de Lituania), etc. etc. Asimismo en letón “maina” es ‘pantano’.
“Meno” o “Beno” según J. Caridad Arias[17], era una antigua divinidad de las aguas y del inframundo, cuyo nombre entra en numerosos hidrónimos como: Meno, Minius o Miño, Maine, etc.
En cuanto a su etimología, Hans Bahlow[18] sugiere las formas prehistóricas *min, *men, *mon para la formación de nombres de ríos. También Udolph[19] ha propuesto para muchos de estos hidrónimos, la raíz i. e. *main-/*mein-/*min. Punto de encuentro con otros investigadores como J. Pokorny, Krahe, Holder, Villar etc.
Otros autores como Joan Coromines (D.C.E.C.) refiriéndose al Miño han interpretado su etimología por el color bermejo de sus aguas.[20]
Resumiendo, lo que si parece evidente es que parece existir una tendencia común en usar el ‘diminutivo’ para referirse al curso alto de los ríos.
Nuestro Segaminich, se estaría refiriendo pues, a “un pequeño torrente elevado, que suele discurrir con fuerza”; lo que, geográficamente es exacto, para designar las características del actual “Torrent d´avall” de Valldemossa.
Este torrente antes de desembocar en una imponente garganta rocosa llamada “S´estret”, riega antes las tierras bajas del cerrado valle inferior de Valldemossa, es el sumidero hídrico de el entorno; con grandes aportes aluviales; una zona llamada en época medieval Balagay,[21] comprendida entre las fincas de Son Matge, Son Brondo y Son Salvat.
Sus paralelos europeos, nos remiten también a un claro hidrónimo, concretamente zonas lacunares: Balagay (actual lago Bologoye, Rusia), Belagua (valle cerrado de Navarra), Estany de Balaig (Valle del Canigó, Catalunya), Balagaium – en el 846- (actual Balaguer, Plá de Urgell, junto al río Segre), Balaguier (La Croisille, Francia), Valegio sul Mincio (Italia), Balachef (terreno bajo y llano en el río Khoper, Rusia), Balaganskoi (valle fértil y frondoso en el margen izquierdo del río Angara, Rusia), Balagatzia (lago considerable de Turquía), Balaghat ( tierras arenosa y grandes meandros, India), Balagnier (en la margen izquierda del río Rance, Aveyron, Francia), Balakhna (margen derecha del Volga, Rusia), etc.
Aquí nos hallamos ante la típica alternancia de sordas y sonoras de las consonantes p/b, *pal *bal. De la raíz i. e. *pel: ‘fluir’, que forma la base de innumerables hidrónimos con características geográficas de “llenos de lodo”, “grisáceos”, “llenos de arena”, “estanques fangosos”. La Dra. Blanca María Prósper[22] lo ha documentado exhaustivamente y no hay que insistir en ello. “Bala” aparece en letón como denominación de ‘ciénaga’ o ‘charco’. Resumiendo una hondonada encharcada. Balagay y Segaminich, harían referencia pues a una zona encharcada por el pequeño y poderoso (río) Minius, (el “Torrent d´avall” en el valle de Son Brondo y Son Salvat, de Valldemossa).
El olvido sistemático, que hacen de las Baleares, los investigadores peninsulares, en sus series toponímicas, clásicas, medievales y modernas, es casi total. Las referencias bibliográficas, escasísimas, pueden cubrirse con dos o tres folios, como mucho.[1]
Sin embargo, la documentación medieval de los archivos mallorquines [2]encierra un valioso tesoro lingüístico, no apreciado ni valorado suficientemente,[3] para averiguar, más allá del catalán, el árabe o el latín, cual es el horizonte cultural prerromano de adscripción de nuestras islas. Tema este, por otra parte, que se presenta como uno de los ‘grandes asuntos pendientes’ de la arqueología y la historia antigua del archipiélago.
La heráldica municipal de algunos pueblos de la isla pertenece, a estudios etimológico-toponímicos de los años 40 o 50 ( en el caso de que existiesen) y ofrece imágenes representativas del topónimo, tan variopintas y curiosas como: Inca (‘un perro’), Llucmajor (‘una gran luminaria’), Bunyola (‘unos buñuelos’), Manacor ( ‘una mano con un corazón’), Alaró (‘un ala’), Búger (‘una bujía’), Sencelles (‘una silla de montar’), Llubí (‘un lobo’), Santanyí (‘el Santo Cordero’), Campanet (‘una campana’) etc. en donde se evidencia una interpretación etimológica, homofónico-popular, catalana, llevada a extremos inauditos, aunque no muy diferente de las habituales, en cualquier otra parte del territorio peninsular.
Hay también que alertar, ante determinadas obras sobre toponimia prerromana,[4] en donde la fantasía y el escaso rigor hacen un flaco favor a este tipo de estudios y no confiar demasiado en otros trabajos, más “profesionales”, en donde, por ejemplo, en mapas epigráfico-lingüísticos de la Hispania prerromana (2004) [5]se coloca a Mallorca y Menorca como detentadoras de una lengua Fenicia-Púnica o Libio-fenice, sin ningún tipo de estudio.
Además, en alguna obra reciente,[6] a la que se le presupone un cierto valor académico, se efectúan afirmaciones tan peregrinas, como que no existe relación étnica, lingüística o cultural de los pueblos de las Baleares, con los pueblos de la Península Ibérica.[7] O que la isla de Ibiza se hallaba deshabitada hasta la fundación en el siglo VII a.C. de la colonia cartaginesa, etc. Evidenciando, como apuntaba anteriormente, el grave desconocimiento de la realidad prerromana balear, tanto arqueológica, como lingüística.
Hoy en día, no es prematuro ni aventurado, significar que gran parte de la toponimia prerromana de Mallorca y Menorca, apunta hacía un horizonte de tipo indoeuropeo, concretamente de aspecto paleoeuropeo y celto-ligur. Como nos evidencian estos pocos ejemplos:
*Alb (Albana, Albenya, Albassalba, Albene, etc.)
• *Alm (Almaia, Almariall, Almallía, Almadrán, etc.)
• *Ann (Anna –varios- Annaxtira, Annixena, Anniana, Anaya, Annachela, Daianna, etc.)
• *Er (Aralafoday, Aratal, Areiguas, Aresconcara, Arón, Arraco, Artana, Artrux, Orient, Arrenda (?), etc.)
• *Arg (Argentor, Argonyanna, etc.)
• *Bal (Balagay, Balafi, Balo, Balleix, Baliares, etc.)
• *Band (Bunyola, Banderola, Banya, Banyols, Benascar, Bini, Biniarodi, Benimoratgi, Beniarri, Biniaco, etc)
• *Bocc (Boccoris)
• *Bol (Bolo, Bolaix, Boltan, etc.)
• *Borm (Bormeta,Borbram, etc.)
• *Caca (Cacabus, Cacalox, Cacamautx, etc.)
• *Calv (Calviá, etc.)
• *Cast (Castor, Castelig, Castruig, Castil uyun, etc.)
• *Kal (Calicant, Galatzó, Caloritx, Galdent, etc.)
• *Kar (Caramany, Carbecunda, Garonda, Carcoba, Caro, etc.)
• *Cau (Caucanaris, Caucor, etc.)
• *Sta (Estalella, Estorell, Estellenchs, etc.)
• *Iam (Iamno –Ciutadella-)
• *Lop (Lopatar, Lubi, etc.)
• *Lag (Lluc –varios- Locoplan, etc.)
• *Mag (Maga, Maganet, Maghen, Magaluf, etc.)
• *Mai (Maia, Maianes, Mainou, Moianna, etc.)
• *Mal (Malany, Malabeinna, Malbuger, Malian, Mallorca, etc.)
• *Mil (Millac –Artá- ; Millac –Manacor- ambos torrentes.)
• *Min (Minar, Miner, Mina, etc.)
• *Mir (Mira, Mirabona, etc.)
• *Mor (Morat, Morast, Moreió, Morian, Murci, Morelon, Morvedra, etc.)
• *Mus (Mussu, Mossa, Moscaritx, Mosseta, Mussupta, etc.)
• *Nar (Naria, Naron, Nura, etc.)
• *Pal (Palafanga, Palma alta, Palmeiro, Pélag, Peller, Palma, etc.)
• *Pont (Pontarró, Pontiró, Pontico, Ponça, etc.)
• *Sab (Sabor, Saboleda, etc.)
• *Sal (Salamo, Salayro, Salia, Solanda, Suliar, Solleric, Siller, Saluet, Sulata, Sulceron, Sulsia. etc.)
• *Sneu (Sanau, Sineu, etc.)
• *Sant (Santmaior, Santianni, Santa Ponça, Santa Galdana, Santueri. etc.)
• *Sar (Serita, Saraix, Sargossam, Sarria, etc.)
• *Sek (Segaminich.)
• *Tag (Tacaritx, Tagomago, etc.)
• *Tal (Talapi, Talati, Talax, Tale, Taliu, Talman, Taló, etc.)
• *Tar (Tarsilbet, Tarainna, Tergumen, Termenor, Turdonell, Turmaden, Taurixant, etc.)
• *Tor (Tora, Toraixa, Torralba, Torelent, Toro, Tortix, etc.)
• *Treb (Trebalug, Trebuco, etc.)
• Y un largo etc., destacando otros ejemplos mallorquines nítidamente célticos [8]como son:
• Acuto (También nombre de un río en la Galia)
• Madran (Existen otros hidrónimos célticos idénticos)
• Ataxi (El Atax era un río de la Galia Narbonensi)
• Caparo (Capara era una Urbs Lusitana)
• Latarix (Era el nombre de un Castellum, Galia Narbonensi)
• Luriac (Recuérdese el céltico Luriac)
• Malian (Recuérdese el céltico Malian)
• Capus-Bini- (Recuérdese el Kapus Ilirio. Holder. Alt.Celt.)
• Scaldabech (Hay un sinfín de hidrónimos célticos sobre la base “scald”)
Vamos a analizar, seguidamente, dos significativos y antiguos topónimos, actualmente desaparecidos, escondidos en la documentación medieval, y pertenecientes a un pequeño valle de la Sierra Norte mallorquina, concretamente, al término de Valldemossa: Segaminich y Balagay.
Segaminich figura documentado en 1240, a los pocos años de la conquista, como “ría Segaminich”[9], aunque haya pasado a otros textos recientes como “Alquería Segaminich”[10], debido posiblemente a que medievalistas como Ricard Soto o A. Poveda[11], con acierto y prudencia, lo transcriban, colocándolo entre paréntesis como alquería, según interpretación propia, que no texto, del documento original: “(alque)ría Segaminich”. Es decir, que en el documento únicamente figura “ria Segaminich”,[12] lo que motiva que no vuelva a aparecer, jamás, en los futuros traspasos de alquerías del término de Valldemossa, como sucede con otras alquerías que, efectivamente, sí lo son.
Por referencias documentales, parece ser que nos estamos refiriendo a una zona situada entre la actual finca de ‘Es Nogueral’ y la antigua alquería Balagay[13] (que se hallaba repartida entre las actuales posesiones de Son Brondo y Son Salvat)[14]; actualmente sabemos que el único torrente o ‘ría’, que surca aquellos terrenos, no es otro que el actual ‘Torrent d´avall’[15], que abandona el valle bajo de Valldemossa por la zona de ‘S´estret’, habiendo recibido antes, cerca de Son Brondo, las aportaciones hídricas, tanto de la ‘Font des Obits’ como las del pequeño torrente, que se origina entre las muelas rocosas de ‘Sa Comuna’ y ‘Son Pacs’; y que inundaba, periódicamente, el valle inferior de Valldemossa situado entre ‘Son Matge’, ‘Son Brondo’ y ‘Son Salvat’.
Por otra parte, la etimología del topónimo en cuestión, nos remite a un clarísimo hidrónimo, como veremos a continuación.
La primera parte de Segaminich, ‘Seg’ tiene paralelos abundantes en la hidronimia europea, clásica y moderna: Segadell (río, Ribes de Freser, Catalunya), Segarraya (riera, Valle de Ezcaray), Segara (río que pasa por las Cuevas de Vinromá y desemboca al S. E de Alcalá de Xivert), Segart (riera y barranco del Bajo Palancia), Segadelles (riera y barranco, subafluente del Ebro), Segre (río catalán, cuyo nombre antiguo Sicoris, J. Coromines lo relaciona con los Urnenfelder), Segeta (torrente en Moingt. Dep. Loire, Francia), Segese (actual río Zeegese, Holanda), Seggaha (1270, afluente del Jagts, Alemania), Segusia (actual río Suze, Suiza), etc.
Y a los que sin duda podríamos añadir, con las correspondientes variantes vocálicas como ‘Sag’: Sagone (río en Córcega), Sage (río, en Piedemont, Italia) e incluso con ‘Sig’: Siga (río afluente del Rhin, Alemania), Sigona (afluente del Sauer, Alemania), Sigüena (arroyo del Concejo de Piloña, Asturias), etc.
Las fuentes clásicas de la Antigüedad también nos legaron un abundante repertorio hidronímico: Sicanus (actual río Jucar-Xúquer), Saganna (afluente del Ródano. Rav. 242.9), (A)Sigarra (río Segarra, Castellón de la Plana. Ptol. 2.6.63), Sagiarius (río del Ponto. Plinio 6.4), Sagra (río de la Magna Grecia. Plinio 3.95. Quizás una forma sincopada de un anterior *Sagara), Sagis (desembocadura del río Padus italiano), Sagonin (río de los Bituriges en la Galia), Sequana (actual río Seine, Francia), Segisama (actual río Seymaz, cantón de Ginebra), Segontia (actual río Sionce, Suiza), así como una serie de ciudades que podrían tener, el origen de su nombre, no en su “victoria”, “fuerza” o “poder”[16], sino en el río o los ríos que las bañan: Saguntum (actual Sagunto, Valencia, a orillas del Palancia), Sigüenza (en la antigüedad conocida como Segontia, Segunta y Saguntia; bañada por los ríos Alto Henares, Dulce y Salado), Segovia (la ciudad arévaca nombrada por Plinio junto a los ríos Eresma y Clamores), Segesta (Ligur, actual Sestri Levante, en Italia, junto al río Gromolo), Segeda (la antigua Secaisa, en el paraje de ‘Durón’, margen derecha del río Perejiles, cerca de Calatayud). Y quizás cabría en este apartado algunos “Rioseco” peninsulares que de secos no tienen nada.
El origen pues del primer segmento de nuestro Segaminich, podría tener su razón de ser en el radical *sega, resultado a su vez de la raíz hidronímica i.e. *Seikw que significa ‘fluír, ‘verter, ‘colar’, ‘echar’; de donde surge el celto-ligur “Sek”: ‘corriente de agua’. También hay que considerar la posibilidad de que se trate de un claro adjetivo, en base a la raíz i. e. *Segh- “fuerza, poder, victoria”. Refiriéndose a un ‘torrente que fluye con fuerza’.
Esta última raíz, arrojó innumerables antropónimos, en la Galia y en la Península Ibérica: Segius, Segeius, Segetius, Segisamus, Segontius, Segilus, Segia, Siga, Sige, Sigenia, Sigerus, Segomarus, Sigovesus, etc. etc. Y en ella podemos rastrear etnónimos como los Segalauni, Segovellauni, Sicanos, etc. y teónimos: la gallego-lusitana Saga, Segomanna, Segeta, etc.
Respecto a la segunda parte de nuestro topónimo, es evidente que “minich” es una forma ibero romance procedente de “minius”.
Sobre esta misma base hallamos un abundante número de nombres de ríos y torrentes, especialmente en Europa occidental, central y báltica, como: Minc-ius (río de la Galia Cisalpina. Mincio en Polib. Y Estrabón), Mini(us) (río Miño actual en Galicia. Plinio 4.112 y P. Mela 3,10), Mineich (afluente del Sar, Alemania), Minio (Etruria, Italia), Moenus (actual río Main, afluente del Rihn; Plin. 9.45, Tácito Germ. 28), Maina (actual río Meon, Hampsire, Inglaterra), Main (río de Irlanda), Minius (actual río Mignano en Vicenza, Italia), Minio (río Deva actual en Cantabria. Citado en la conquista romana de Cantabria. Orosio 6.21.7), Riega Miña (Potes, Turieno, Cantabria), Miña (afluente del Saja), Maine y Moine (Francia), Möhne (afluente del Ruhr, Alemania), Meinfliss (Afluente del Elde, Alemania), Minnenbach (Krems, Austria), Mine (Devonshire, Inglaterra). Asimismo en las zonas eslava y báltica existe un buen repertorio: Mienia (Toruh y Wloclawck), Mienia (afluente del Swider), Minia (afluente del Bug), Minia (al N. de Lublin), Myna (Ucrania), Minica (al N. de Pinsk), Minoga (afluente del Dlubnia), Menoge (río al S. del lago Genfer), Minoha (Ucrania), Mnoga (afluente del Velikaja), Minià (río de Lituania), Mìnupe (río de Lituania), Mìnnija (río de Lituania), Mineikis (río de Lituania), Minelis (río de Lituania), Minaga (lago de Lituania), etc. etc. Asimismo en letón “maina” es ‘pantano’.
“Meno” o “Beno” según J. Caridad Arias[17], era una antigua divinidad de las aguas y del inframundo, cuyo nombre entra en numerosos hidrónimos como: Meno, Minius o Miño, Maine, etc.
En cuanto a su etimología, Hans Bahlow[18] sugiere las formas prehistóricas *min, *men, *mon para la formación de nombres de ríos. También Udolph[19] ha propuesto para muchos de estos hidrónimos, la raíz i. e. *main-/*mein-/*min. Punto de encuentro con otros investigadores como J. Pokorny, Krahe, Holder, Villar etc.
Otros autores como Joan Coromines (D.C.E.C.) refiriéndose al Miño han interpretado su etimología por el color bermejo de sus aguas.[20]
Resumiendo, lo que si parece evidente es que parece existir una tendencia común en usar el ‘diminutivo’ para referirse al curso alto de los ríos.
Nuestro Segaminich, se estaría refiriendo pues, a “un pequeño torrente elevado, que suele discurrir con fuerza”; lo que, geográficamente es exacto, para designar las características del actual “Torrent d´avall” de Valldemossa.
Este torrente antes de desembocar en una imponente garganta rocosa llamada “S´estret”, riega antes las tierras bajas del cerrado valle inferior de Valldemossa, es el sumidero hídrico de el entorno; con grandes aportes aluviales; una zona llamada en época medieval Balagay,[21] comprendida entre las fincas de Son Matge, Son Brondo y Son Salvat.
Sus paralelos europeos, nos remiten también a un claro hidrónimo, concretamente zonas lacunares: Balagay (actual lago Bologoye, Rusia), Belagua (valle cerrado de Navarra), Estany de Balaig (Valle del Canigó, Catalunya), Balagaium – en el 846- (actual Balaguer, Plá de Urgell, junto al río Segre), Balaguier (La Croisille, Francia), Valegio sul Mincio (Italia), Balachef (terreno bajo y llano en el río Khoper, Rusia), Balaganskoi (valle fértil y frondoso en el margen izquierdo del río Angara, Rusia), Balagatzia (lago considerable de Turquía), Balaghat ( tierras arenosa y grandes meandros, India), Balagnier (en la margen izquierda del río Rance, Aveyron, Francia), Balakhna (margen derecha del Volga, Rusia), etc.
Aquí nos hallamos ante la típica alternancia de sordas y sonoras de las consonantes p/b, *pal *bal. De la raíz i. e. *pel: ‘fluir’, que forma la base de innumerables hidrónimos con características geográficas de “llenos de lodo”, “grisáceos”, “llenos de arena”, “estanques fangosos”. La Dra. Blanca María Prósper[22] lo ha documentado exhaustivamente y no hay que insistir en ello. “Bala” aparece en letón como denominación de ‘ciénaga’ o ‘charco’. Resumiendo una hondonada encharcada. Balagay y Segaminich, harían referencia pues a una zona encharcada por el pequeño y poderoso (río) Minius, (el “Torrent d´avall” en el valle de Son Brondo y Son Salvat, de Valldemossa).
NOTAS
[1] Antoni Mª Alcover (1862-1932), Joan Coromines (1905-1997), Miquel Dolç (1912-1994), Alvaro Galmés (1924-2003), J. Mascaró Passarius (1923-1996), Cristóbal Veny (1925-2007), Francesc de Borja Moll, Adolf Schulten, García Bellido, Mª Lourdes Albertos, Ana Mª Muñoz y un reducido etc.
[2] Así como las abundantes obras de Ramón Rosselló Vaquer, L. LLiteras, Miquel Barceló, J. B. Ensenyat, Rosselló Bordoy, Joan Miralles, María Barceló, L. LLiteras, A. Sastre, A. Gili, Rafael Juan, P. Xamena, Jaume Capó, B. Font, Ricard Soto, A. Poveda, G. Alomar, D. Cerdá, Josep Capó, O. Vaquer, M. Morro, E. Ribas, A. Ordinas, M. A. Carbonero, J. Muntaner Bujosa, M. M. Riera, J. A. Encinas, G. Alomar, H. Kirschner, B. Mulet, LLuís Casasnovas, Pau Cateura, Alvaro Santamaría, Munar Oliver, Amengual Batle, M. Orfila, M. J. Pena Gimeno, Enrique García Riaza, Mª Luisa Sánchez León, Cosme Aguiló, Antoni Mas, Alexandre Font, Francesc Canuto; y un largo etcétera de magníficos investigadores y medievalistas, que haría esta relación muy extensa, y cuyo trabajo, hace honor al rigor documental mínimo necesario para cualquier estudio de toponimia, referido a estas islas.
[3] Y esta debería ser una tarea a tener en cuenta por los departamentos correspondientes de nuestra universidad. Existe ya, la posibilidad de realizar mapas toponímicos medievales, sobre el extenso fondo documental y archivístico existente; si se hiciera coordinadamente y con una dotación presupuestaria adecuada, podría seguirse, sobre el terreno, y en un porcentaje altísimo, la evolución de una gran cantidad de topónimos de las islas, desde la Conquista (1229) hasta la actualidad.
[4] Bienvenido Mascaray Sin. “Baliaride. Toponimia, lengua y cultura ibéricas en les Illes”.
Obra en donde topónimos, que obedecen, clara y documentadamente, a apellidos mallorquines, de poseedores de fincas, que no alcanzan cronológicamente, más allá de la Edad Media, como mucho; se interpretan de manera aventurada y sin ningún tipo de justificación o análisis, desde la perspectiva pre científica, del “Iberovasco”: ”Son Sastre” (apellido) “muchos establos de cabras de ordeño”, “Son Arbona” (apellido) “los nabos buenos”, “Son Seguí” (apellido) “gran cantidad de sal”,“Son Orlandis” (apellido) “mucha avena”, “Son Brondo” (apellido) “el caserío bueno”. “Son Ferragut” (apellido) “los verracos secos o estériles”. etc. etc.
[5] Carlos Jordán Cólera “Celtibérico”. Monografías de Filología Griega, 16 Zaragoza (2004)
[6] Manuel Salinas de Frías: “Los pueblos prerromanos de la Península Ibérica” (2006) Ed. Akal. Págs. 73 y ss.
[7] ¿Habrá que recordar de nuevo que la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia?, aunque en el caso de las Baleares, si que existen, tras los más recientes trabajos de la arqueología del archipiélago, tendencias y líneas claras de investigación. Otra cosa es que no se conozcan las más recientes publicaciones.
[8] Sin entrar en la antroponimia indígena, de época romana, que abunda también en un claro horizonte ilírico y céltico; y que puede consultarse, en otra entrada de este mismo ‘blog’.
[9] Archivo del Reino de Mallorca. 1240, Febrer 24, Minuta de la E. C. R. Reg. 342 f. 24. “Examenus de Lusia debeo tibi Mosse torner Dertuosa. xiii solidos malgorensium bone monete paccantis in feste sancti Johannis Babtiste. Obligo unum par bovuum quos teneas tue pignore, que sunt in ria Segaminisch que est in Valle de Musso. Sic que in termino non solvere possis....... (párrafo ilegible) …. super omnia bona nostra. Et hoc juro.
Testes Exemenus de Filera et. Bn. De Foces.” Protocolos. Civitatis et partis foraneae. Micr. 018 (1239-1261)
[10] Jaume Alberti /Ramón Rosselló. Historia de Valldemossa (1230 -1516) Ed. Documenta balear. Obra Cultural Balear a Valldemossa (1999), Pág. 38
[11] A. Poveda (Tesis, microficha 677)
[12] Tenemos atestiguado en el léxico primitivo hispánico, entre los siglos VIII al XII aproximadamente ‘riaria’ y ‘ria’, como formas antiguas de ‘riera’; rio seco que sólo lleva agua en invierno. También sabemos, siguiendo a J. Coromines (D.C.E.), que se aplicaba el término ‘ría’ a una ‘encañada de tierra amena y regadía’.
[13] Jaume Albertí y Ramón Rosselló en su Historia de Valldemossa (1230 – 1516) dicen: “L´any 1280 es documentan uns hereus d´Eixemén que probablement no hem d´identificar amb descendents d´Eixemenis de Luzia, sinó amb els hereus del seu procurador Eixemén de Filera. Potser els honors i tinences de que parla el document es corresponguin a l´alquería Balagay que, en data desconeguda, el seu Senyor (Eixemenis de Luzia) havia otrorgat en alou franc al seu procurador (Eiximén de Filera)”.
Por otro lado sabemos que la ‘Font de la Tornera’ (debe su nombre a ‘Torner’, su propietario en el siglo XIII) nacía en el torrente, debajo de la finca de “Es Nogueral”, lo que sitúa propiedades del tal ‘Torner’ en zonas aledañas.
[14] Juan Muntaner Bujosa/José Fco. Argente Sánchez. ‘Introducción a la Historia de Valldemossa’. Mallorca, 1980
[15] El actual ‘Torrent d´avall’, se llamaba anteriormente, ‘Torrent que ve de Sa Coma’, en 1456 y ‘Torrent de La Coma” en 1517; lo que hace suponer que, unos doscientos años después, ya había perdido su nombre original de Segaminich (1240).
[16] Raíz i. e. *Segh- “fuerte”,”poderoso”, “victorioso” etc.
[17] Toponimia y Mito. El origen de los nombres. Ed. Oikos-Tau. 1995
[18] Deutschlands Geographische Namenwelt. 1965
[19] Die Stellung der Gewässernamen Polens innerhalb der Alteuropäischen Hydronimie. Heidelberg, 19909.
[20] Antiguamente, ya Justino aseveraba, que su nombre se debía al ‘minio’, por las aguas ‘encarnadas’ o teñidas de ese mineral.
[21] 29 de Noviembre de 1247. Eiximèn de Filera obté llicencia per cercar or i plata a Balagay. También hallamos otro Balagay en Menorca (1455) en Ferreries, en el barranco de Trebaluger (A. Ramis IV,9)
[22] Toponimia prerromana hispánica de base *pál-. En la revista Kalatos nº15 Teruel, 1996 pp. 195-237. Y que por cierto también ignora en sus series toponímicas hispanas a las Baleares.
[2] Así como las abundantes obras de Ramón Rosselló Vaquer, L. LLiteras, Miquel Barceló, J. B. Ensenyat, Rosselló Bordoy, Joan Miralles, María Barceló, L. LLiteras, A. Sastre, A. Gili, Rafael Juan, P. Xamena, Jaume Capó, B. Font, Ricard Soto, A. Poveda, G. Alomar, D. Cerdá, Josep Capó, O. Vaquer, M. Morro, E. Ribas, A. Ordinas, M. A. Carbonero, J. Muntaner Bujosa, M. M. Riera, J. A. Encinas, G. Alomar, H. Kirschner, B. Mulet, LLuís Casasnovas, Pau Cateura, Alvaro Santamaría, Munar Oliver, Amengual Batle, M. Orfila, M. J. Pena Gimeno, Enrique García Riaza, Mª Luisa Sánchez León, Cosme Aguiló, Antoni Mas, Alexandre Font, Francesc Canuto; y un largo etcétera de magníficos investigadores y medievalistas, que haría esta relación muy extensa, y cuyo trabajo, hace honor al rigor documental mínimo necesario para cualquier estudio de toponimia, referido a estas islas.
[3] Y esta debería ser una tarea a tener en cuenta por los departamentos correspondientes de nuestra universidad. Existe ya, la posibilidad de realizar mapas toponímicos medievales, sobre el extenso fondo documental y archivístico existente; si se hiciera coordinadamente y con una dotación presupuestaria adecuada, podría seguirse, sobre el terreno, y en un porcentaje altísimo, la evolución de una gran cantidad de topónimos de las islas, desde la Conquista (1229) hasta la actualidad.
[4] Bienvenido Mascaray Sin. “Baliaride. Toponimia, lengua y cultura ibéricas en les Illes”.
Obra en donde topónimos, que obedecen, clara y documentadamente, a apellidos mallorquines, de poseedores de fincas, que no alcanzan cronológicamente, más allá de la Edad Media, como mucho; se interpretan de manera aventurada y sin ningún tipo de justificación o análisis, desde la perspectiva pre científica, del “Iberovasco”: ”Son Sastre” (apellido) “muchos establos de cabras de ordeño”, “Son Arbona” (apellido) “los nabos buenos”, “Son Seguí” (apellido) “gran cantidad de sal”,“Son Orlandis” (apellido) “mucha avena”, “Son Brondo” (apellido) “el caserío bueno”. “Son Ferragut” (apellido) “los verracos secos o estériles”. etc. etc.
[5] Carlos Jordán Cólera “Celtibérico”. Monografías de Filología Griega, 16 Zaragoza (2004)
[6] Manuel Salinas de Frías: “Los pueblos prerromanos de la Península Ibérica” (2006) Ed. Akal. Págs. 73 y ss.
[7] ¿Habrá que recordar de nuevo que la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia?, aunque en el caso de las Baleares, si que existen, tras los más recientes trabajos de la arqueología del archipiélago, tendencias y líneas claras de investigación. Otra cosa es que no se conozcan las más recientes publicaciones.
[8] Sin entrar en la antroponimia indígena, de época romana, que abunda también en un claro horizonte ilírico y céltico; y que puede consultarse, en otra entrada de este mismo ‘blog’.
[9] Archivo del Reino de Mallorca. 1240, Febrer 24, Minuta de la E. C. R. Reg. 342 f. 24. “Examenus de Lusia debeo tibi Mosse torner Dertuosa. xiii solidos malgorensium bone monete paccantis in feste sancti Johannis Babtiste. Obligo unum par bovuum quos teneas tue pignore, que sunt in ria Segaminisch que est in Valle de Musso. Sic que in termino non solvere possis....... (párrafo ilegible) …. super omnia bona nostra. Et hoc juro.
Testes Exemenus de Filera et. Bn. De Foces.” Protocolos. Civitatis et partis foraneae. Micr. 018 (1239-1261)
[10] Jaume Alberti /Ramón Rosselló. Historia de Valldemossa (1230 -1516) Ed. Documenta balear. Obra Cultural Balear a Valldemossa (1999), Pág. 38
[11] A. Poveda (Tesis, microficha 677)
[12] Tenemos atestiguado en el léxico primitivo hispánico, entre los siglos VIII al XII aproximadamente ‘riaria’ y ‘ria’, como formas antiguas de ‘riera’; rio seco que sólo lleva agua en invierno. También sabemos, siguiendo a J. Coromines (D.C.E.), que se aplicaba el término ‘ría’ a una ‘encañada de tierra amena y regadía’.
[13] Jaume Albertí y Ramón Rosselló en su Historia de Valldemossa (1230 – 1516) dicen: “L´any 1280 es documentan uns hereus d´Eixemén que probablement no hem d´identificar amb descendents d´Eixemenis de Luzia, sinó amb els hereus del seu procurador Eixemén de Filera. Potser els honors i tinences de que parla el document es corresponguin a l´alquería Balagay que, en data desconeguda, el seu Senyor (Eixemenis de Luzia) havia otrorgat en alou franc al seu procurador (Eiximén de Filera)”.
Por otro lado sabemos que la ‘Font de la Tornera’ (debe su nombre a ‘Torner’, su propietario en el siglo XIII) nacía en el torrente, debajo de la finca de “Es Nogueral”, lo que sitúa propiedades del tal ‘Torner’ en zonas aledañas.
[14] Juan Muntaner Bujosa/José Fco. Argente Sánchez. ‘Introducción a la Historia de Valldemossa’. Mallorca, 1980
[15] El actual ‘Torrent d´avall’, se llamaba anteriormente, ‘Torrent que ve de Sa Coma’, en 1456 y ‘Torrent de La Coma” en 1517; lo que hace suponer que, unos doscientos años después, ya había perdido su nombre original de Segaminich (1240).
[16] Raíz i. e. *Segh- “fuerte”,”poderoso”, “victorioso” etc.
[17] Toponimia y Mito. El origen de los nombres. Ed. Oikos-Tau. 1995
[18] Deutschlands Geographische Namenwelt. 1965
[19] Die Stellung der Gewässernamen Polens innerhalb der Alteuropäischen Hydronimie. Heidelberg, 19909.
[20] Antiguamente, ya Justino aseveraba, que su nombre se debía al ‘minio’, por las aguas ‘encarnadas’ o teñidas de ese mineral.
[21] 29 de Noviembre de 1247. Eiximèn de Filera obté llicencia per cercar or i plata a Balagay. También hallamos otro Balagay en Menorca (1455) en Ferreries, en el barranco de Trebaluger (A. Ramis IV,9)
[22] Toponimia prerromana hispánica de base *pál-. En la revista Kalatos nº15 Teruel, 1996 pp. 195-237. Y que por cierto también ignora en sus series toponímicas hispanas a las Baleares.