Es difícil pasear por Felanitx sin percatarse de la singular y curiosa ‘Font de Santa Margalida’[1], y mucho mas difícil no quedar asombrado por la espectacular escalinata de la Iglesia de Sant Miquel, que nos abocan al estilo sobrio de su fachada, terminada en un original remate churrigueresco.
Esta impresionante iglesia, asentada sobre un pequeño altozano, correspondiente al núcleo medieval de Felanitx, fue construida entre 1551 y 1603 sobre otra, más pequeña, anterior[2], gracias a los esfuerzos y buen hacer entre otros de los maestros y hermanos picapedreros Jordi y Antoni Genovard. Concretamente en 1685 se propuso la construcción de las escalinatas y en torno al 1746, se terminó el coronamiento de la fachada.
Es precisamente en esta fachada, donde puede apreciarse, sobre una peana datada en 1762, la clara iconografía de la batalla entre San Miguel y el diablo.
Sabemos que San Miguel, además del titular de la parroquia de Felanitx, desde 1375, era patrón de fuentes y manantiales, por eso no es de extrañar, encontrarlo también, representado junto a Santa Bárbara en un bajorrelieve de la contigua ‘Font de Santa Margalida’.
Pero, el dramático suceso, que hizo, tristemente célebre a esta iglesia mallorquina, fue el derrumbe, un domingo de Ramos del 31 de Marzo de 1844, del muro o terraplén lateral conocido como ‘Sa Timba’[3], construida en 1579 para dar soporte y reforzar, una de las fachadas laterales del edificio de la iglesia, en donde se abría, por entonces, el llamado ‘Portal de Santa Rosa’, actualmente tapiado. Esta ‘timba’ ocupaba prácticamente la mitad del actual ‘Carrer Major’.
Ese día, sobre las cinco de la tarde, cuando se predicaba el sermón de la IV estación del Vía Crucis, con una asistencia de unas tres mil personas reunidas, la timba se hundió, sepultando entre escombros, a un sinfín de fieles que estaban en la calle. Las personas cayeron mezcladas con piedras y tierra. Cuatrocientas catorce murieron y una doscientas fueron heridas.
La amplia explanada, que se abre al final de la escalinata, frente a la entrada principal de la iglesia y conocida como ‘Es replà’, fue llenándose de cadáveres, extendidos sobre las frías losas de piedra, convirtiendo el pueblo en un cementerio, que lloraba y gemía angustiado por sus seres queridos, a la vez que iban recibiendo el apoyo y la solidaridad de los pueblos vecinos.
En el lugar de tan trágico accidente, una lápida recuerda hoy, el acontecimiento.
Lo que quizá ya no sea tan conocido de esta iglesia, es que en este lugar, existe una piedra conocida con el nombre de ‘Sa coa del dimoni’[4] , una losa en la que aparece, bajo la vertical de un sinfín de gárgolas monstruosas y deformadas por el paso del tiempo, la imagen de una enigmática cola enroscada y que los niños tenían prohibido pisar, cuando jugaban en aquel lugar.
Hay quienes opinan que es la cola que le falta a la imagen del demonio, bajo los pies de San Miguel en el grupo escultórico de la fachada. Vaya Vd. a saber ¡! Otra vez la eterna y simbólica lucha entre el bien (San Miguel) y el mal (el demonio); aunque en este caso concreto parece que la ‘coa del dimoni’ no es otra cosa que el ‘molde interno de una concha de amonites[5] mesozoico, en el que puede apreciarse la tabicación transversal interna, típica de las conchas de otros moluscos cefalópodos, emparentados con los actuales nautilus’[6], tan habituales en las ‘Serres del Llevant’ mallorquín.[7]
Esta impresionante iglesia, asentada sobre un pequeño altozano, correspondiente al núcleo medieval de Felanitx, fue construida entre 1551 y 1603 sobre otra, más pequeña, anterior[2], gracias a los esfuerzos y buen hacer entre otros de los maestros y hermanos picapedreros Jordi y Antoni Genovard. Concretamente en 1685 se propuso la construcción de las escalinatas y en torno al 1746, se terminó el coronamiento de la fachada.
Es precisamente en esta fachada, donde puede apreciarse, sobre una peana datada en 1762, la clara iconografía de la batalla entre San Miguel y el diablo.
Sabemos que San Miguel, además del titular de la parroquia de Felanitx, desde 1375, era patrón de fuentes y manantiales, por eso no es de extrañar, encontrarlo también, representado junto a Santa Bárbara en un bajorrelieve de la contigua ‘Font de Santa Margalida’.
Pero, el dramático suceso, que hizo, tristemente célebre a esta iglesia mallorquina, fue el derrumbe, un domingo de Ramos del 31 de Marzo de 1844, del muro o terraplén lateral conocido como ‘Sa Timba’[3], construida en 1579 para dar soporte y reforzar, una de las fachadas laterales del edificio de la iglesia, en donde se abría, por entonces, el llamado ‘Portal de Santa Rosa’, actualmente tapiado. Esta ‘timba’ ocupaba prácticamente la mitad del actual ‘Carrer Major’.
Ese día, sobre las cinco de la tarde, cuando se predicaba el sermón de la IV estación del Vía Crucis, con una asistencia de unas tres mil personas reunidas, la timba se hundió, sepultando entre escombros, a un sinfín de fieles que estaban en la calle. Las personas cayeron mezcladas con piedras y tierra. Cuatrocientas catorce murieron y una doscientas fueron heridas.
La amplia explanada, que se abre al final de la escalinata, frente a la entrada principal de la iglesia y conocida como ‘Es replà’, fue llenándose de cadáveres, extendidos sobre las frías losas de piedra, convirtiendo el pueblo en un cementerio, que lloraba y gemía angustiado por sus seres queridos, a la vez que iban recibiendo el apoyo y la solidaridad de los pueblos vecinos.
En el lugar de tan trágico accidente, una lápida recuerda hoy, el acontecimiento.
Lo que quizá ya no sea tan conocido de esta iglesia, es que en este lugar, existe una piedra conocida con el nombre de ‘Sa coa del dimoni’[4] , una losa en la que aparece, bajo la vertical de un sinfín de gárgolas monstruosas y deformadas por el paso del tiempo, la imagen de una enigmática cola enroscada y que los niños tenían prohibido pisar, cuando jugaban en aquel lugar.
Hay quienes opinan que es la cola que le falta a la imagen del demonio, bajo los pies de San Miguel en el grupo escultórico de la fachada. Vaya Vd. a saber ¡! Otra vez la eterna y simbólica lucha entre el bien (San Miguel) y el mal (el demonio); aunque en este caso concreto parece que la ‘coa del dimoni’ no es otra cosa que el ‘molde interno de una concha de amonites[5] mesozoico, en el que puede apreciarse la tabicación transversal interna, típica de las conchas de otros moluscos cefalópodos, emparentados con los actuales nautilus’[6], tan habituales en las ‘Serres del Llevant’ mallorquín.[7]
NOTAS
[1] La ‘Font de Santa Margalida’ documentada ya en 1254, fue posiblemente la que facilitó el abastecimiento de agua potable a las antiguas poblaciones talayóticas, romanas y árabes en Felanitx. El núcleo medieval de Felanitx comenzó a formarse en los terrenos de la anteriormente llamada, alquería islámica de Mancorme Abeniara , que abarcaba zonas de las calles de ‘Sitjar’, ‘Sa Plaça’, ‘Castellet’, etc.
la caudalosa ‘Font de Santa Margalida’, regaba antiguamente, una zona junto al pueblo, llamada ‘l´horta de Felanitx’. Su aspecto actual se debe a la reforma que se llevo a cabo entre 1829 y 1930 por el maestro de obras catalán Llorenç Rovira.
[2] La actual iglesia de Sant Miquel ocupa, parte del solar de una iglesia anterior, dedicada, antiguamente a Santa María (1233).
[3] Miguel Bordoy Oliver. La catástrofe de Felanitx en 1844. Felanitx 1944.
[4] La cola del demonio.
[5] El nombre de amonites se debe al dios del cielo egipcio Amón, que los griegos y romanos identificaron con Zeus y Júpiter, al que se representaba con cuernos de carnero. Precisamente los carneros tienen los cuernos enrollados en espiral, como las conchas de estos moluscos del mesozoico.
[6] Agradezco la información al investigador Heraclio Astudillo Pombo, gran conocedor de los fósiles hispanos, que posee un interesante ‘blog’ sobre estos temas: folklore-fósiles-ibéricos.blogspot.com
[7] F. Sabat, Antonio Rodríguez Perea, Joan Josep Fornos Astó. ‘El Mesozoico de la Serra de Son Amoixa (Serres de LLevant, Mallorca). I Congreso español de Geología. Segovia 1984 (Vol. I)
la caudalosa ‘Font de Santa Margalida’, regaba antiguamente, una zona junto al pueblo, llamada ‘l´horta de Felanitx’. Su aspecto actual se debe a la reforma que se llevo a cabo entre 1829 y 1930 por el maestro de obras catalán Llorenç Rovira.
[2] La actual iglesia de Sant Miquel ocupa, parte del solar de una iglesia anterior, dedicada, antiguamente a Santa María (1233).
[3] Miguel Bordoy Oliver. La catástrofe de Felanitx en 1844. Felanitx 1944.
[4] La cola del demonio.
[5] El nombre de amonites se debe al dios del cielo egipcio Amón, que los griegos y romanos identificaron con Zeus y Júpiter, al que se representaba con cuernos de carnero. Precisamente los carneros tienen los cuernos enrollados en espiral, como las conchas de estos moluscos del mesozoico.
[6] Agradezco la información al investigador Heraclio Astudillo Pombo, gran conocedor de los fósiles hispanos, que posee un interesante ‘blog’ sobre estos temas: folklore-fósiles-ibéricos.blogspot.com
[7] F. Sabat, Antonio Rodríguez Perea, Joan Josep Fornos Astó. ‘El Mesozoico de la Serra de Son Amoixa (Serres de LLevant, Mallorca). I Congreso español de Geología. Segovia 1984 (Vol. I)