miércoles, 12 de agosto de 2009

La cruz del Puig d´en Ribes


El Puig d´en Ribes es una pequeña montaña que se halla en el término municipal de Santa Eulària des Riu, en Ibiza; en su cima, se halla una pequeña capilla llamada Sa Creu d´en Ribes, que se quiere declarar, si no se ha hecho ya, bien de interés cultural catalogado. Esta capilla fue edificada por Pere Joan de Pere, alias “pouet”, en el año 1856.
Es tradición, subir en romería a este “Puig” durante las fiestas del primer domingo de Mayo, y en su interior, se conservaban algunos exvotos de promesas efectuadas por devotos cristianos. Aprovechando la festividad religiosa se celebra una comida comunal campestre.
Lo más curioso de este lugar, es la leyenda que permanece viva, existiendo diversa versiones de ella, de la que aquí expondremos solamente, un pequeño resumen.

“En cierta ocasión, el dueño de aquel paraje, llamado Ribes, estaba cortando en el bosque una enorme encina[1] que se le resistía, rebotando el hacha una y otra vez contra la dura madera. Ribes blasfemaba, cuando se le apareció un extraño personaje que le ofreció un instrumento afilado para derribarla[2] y acortarle el trabajo. Una vez que Ribes pudo acabar el trabajo con aquel preciso instrumento; agotado, descansó y se puso a comer, observando que el extraño personaje, también hacía lo mismo a su lado; pero cual fue su sorpresa, al comprobar que su dieta eran: lagartos, culebras y uñas ensangrentadas.[3]
Ribes, pese al cansancio, en un momento de lucidez se dio cuenta de que estaba frente al diablo que deseaba su alma y en una certera intuición cogió una cruz que llevaba encima[4], la apretó entre sus manos y cerrando los ojos cayó desmayado.
Cuando abrió los ojos, el ser extraño había desaparecido, quedando en la roca, grabada, la imagen de la cruz que le cayó de las manos[5]. En recuerdo se dice que Ribes, con la madera de la encina, construyó una gran cruz, e hizo erigir una pequeña capilla en la cima.

Cuando en la Antigüedad Tardía y en la Baja Edad Media, la Iglesia Católica se expandió por Europa como estructura religiosa, socialmente dominante, tuvo que enfrentarse a los restos de las antiguas creencias, extendidas durante más de mil años, por el viejo continente y que aún pervivían en forma de extrañas supersticiones, mantenidas y modificadas por la gente rústica que vivía en los “pagos”o lugares aislados de las urbes; de ahí su nombre de paganismo.
En esas viejas creencias, la Naturaleza representaba un papel fundamental: piedras significativas, árboles singulares, fuentes y montañas, eran objeto de peregrinaciones y rituales en determinadas fechas del calendario.
La Iglesia fue transformando radicalmente esas tradiciones populares y cuando no pudo asimilarlas fueron demonizadas o maldecidas.
Muchos de estos elementos paganos y su proceso de asimilación perviven en la leyenda de La cruz del Puig d´en Ribes, pese a la potente capa de barniz cristiano que los envuelve.
- Se continúa subiendo a la montaña sagrada para una festividad religiosa, popular y comunal; ahora bajo una capilla y advocación cristiana.
- La ancestral y pagana fiesta que se celebraba el primero de Mayo, con el culto y ritual a los árboles y al renacimiento de la vegetación, es sustituida por la fiesta de la cruz cristiana – el único árbol sagrado- que se celebra el tres de Mayo con la bendición de los frutos.
- El árbol milenario, objeto de veneración, es cortado – no por los responsables de las nuevas creencias- sino por el ser maligno – representante de las antiguas creencias-, siendo sustituido por una cruz hecha con su leña.
- Se sigue besando una piedra marcada con una cruz en forma de aspa, (la cruz era un símbolo solar, muy anterior al cristianismo); aunque ahora esa cruz es el resultado de la caída de un crucifijo milagroso, que espantó al demonio y marcó la roca.
- El escudo municipal de Santa Eulària des Riu todavía mantiene una cruz aspada de Santa Eulalia, sobre las barras catalano- aragonesas.
Sin olvidar, por supuesto, que Santa Eulalia, patrona del municipio, es mártir, por protestar contra el decreto del emperador Diocleciano, que prohibió el culto cristiano y mandó adorar de nuevo a los ídolos paganos; a lo que la santa se negó, vehementemente.
En un mundo acelerado, virtual y cada vez más uniforme y falto de matices, la leyenda-tradición popular de “La Creu del Puig d´en Ribes”, es un maravilloso fósil vivo, de ese lento proceso histórico que fue, la asimilación cristiana, de las antiguas creencias paganas.

NOTAS.


[1] Un gran pino, un pinar o un bosque de árboles, según otras versiones.
[2] Una sierra de acuerdo a otras referencias.
[3] En otras publicaciones hablan de “clavos”, “hierros” y “diversos metales”.
[4] Una cadena, un rosario, según versiones.
[5] En otras versiones, la marca en la roca, es la pisada, que dejó en la roca el diablo, en su despavorida huída. Otras refieren, que es la cruz que se grabó sobre la marca del diablo una vez bendecido el lugar. Según cuenta Michel Ferrer Clapés en su obra “Supersticiones y leyendas de Ibiza”(1980): “lo único que puedo añadir yo por mi parte, es que hace unos quince años atrás, cuando éramos pequeños, que anualmente acudíamos a la ermita, junto con los compañeros del colegio; al pié de la montaña y grabada en la roca, había efectivamente una cruz, ante la cual nos íbamos arrodillando uno tras otro y después de santiguarnos, la besábamos, para proseguir luego nuestra ascensión a la cumbre del monte donde está la ermita. Al bajar repetíamos la operación”. No deja de ser significativo que en otras montañas significativas en donde se dan romerías y comidas festivas en señaladas fiestas de calendario, aparezcan “rocas marcadas”, asociadas a extraños rituales y al propio demonio: Puig de San Miguel (Montuïri), Sant Salvador de Felanitx, Puig de María (Pollença), etc. etc.