lunes, 18 de mayo de 2009

Vall-Serita en Valldemossa

Quienes conozcan un poco la Sierra Norte mallorquina, sabrán de la existencia, en el término de Valldemossa, de tres importantes posesiones: Son Oleza, Son Ferrandell y Vistamar. Si además son aficionados a la historia de las islas, sabrán de los importantes núcleos arqueológicos de la zona, que han despertado, desde antiguo, el interés de historiadores y arqueólogos.[1]
Esta zona en concreto, corresponde al extremo Oeste del término, un valle elevado, con una extensión aproximadamente de 700 ha.
El sustrato geológico es muy variado[2], desde materiales paleozoicos hasta grandes capas, fundamentalmente, de sedimentos cuaternarios que dada su porosidad son proclives a la retención y almacenaje de agua. El área está flanqueada de montañas con abundantes encinares: hacía el Sur, “Sa Comuna” (700 mts.) al Sur-suroeste la “Mola de Son Ferrandell” (725 mts.) y “Es Moletó” (618mts.) y al Noroeste por el “Puig de Sa Moneda”. La zona Noroeste está flanqueada, por los acantilados que forman el balcón natural orientado hacía “Es barranc” y “Sa marina del Port de Valldemossa”. Todo el terreno citado, baja separándose en dos cuencas hidrográficas. Una, la más importante, la del “Torrent del salt”, que en dirección Nordeste recorre una amplia zona plana situada entre los 300 y 400 mts. de altura; para caer, en forma de impresionante cascada, en épocas lluviosas, en el lugar denominado: “Es pas des Rafal o des moros”[3]; la otra llamada del “Torrent des cable” que corre en dirección Sur-Norte; ambas torrenteras son de curso rápido y abundante.
Volviendo a la zona de Son Ferrandell- Son Oleza-Vistamar, estamos refiriéndonos a una auténtica cubeta orográfica en donde, dado el intenso aporte hídrico, la naturaleza del suelo y la proximidad del nivel freático el agua quedaba frecuentemente embalsada,[4] anegando los cultivos, pese a que desde hace siglos se ha venido ejerciendo una intensa actividad humana que ha permitido documentar una “xarxa de drenatge de més de 7 Km. de longitud”[5] para facilitar la evacuación del agua.
Lo que ya no resulta tan conocido es que Son Oleza y Son Ferrandell se formaron por división de la antigua finca denominada Vall-serita.[6], topónimo que nos interesa para este trabajo y que no tengo conocimiento de que estuviese anteriormente documentado. Lo que no es extraño, dado que por la “Capbrevació” de 1517 f. 5, sabemos que Joan Claret poseía por herencia de su padre (Test. 22 Nov. de 1515. Nic. Thomas not.) y este a su vez de sus predecesores; una posesión que antiguamente eran varias, con nombres diferentes, situada parte dentro del término de Valldemossa y parte dentro de Esporles; y esta posesión corresponde a lo que hoy en día es Son Ferrandell, Son Oleza y Vistamar.[7]
Entrando ya en el análisis etimológico del topónimo sobre la base S-R encontramos una clara raíz indoeuropea *Ser [8] (fluir, discurrir rápido y con fuerza) que dió nombres diferentes en lenguas indoeuropeas, como en el antiguo indio: Sarít[9] con sentido de: arroyo, regato, curso de agua. En Sánscrito Saráh = líquido, arroyo. También el latín construyó sobre esta base i. e. Serum (de Seru), referido a todo licor seroso o lechoso.
*Ser es una raíz bien representada en céltico, balto eslavo y en otras lenguas a las cuales se atribuyen muchos hidrónimos en Occidente, desde la más remota antigüedad; el Alteuropäisch o paleoeuropeo, asociado por muchos autores, a los nombres de ríos que trajeron los pueblos prehistóricos de los Urnenfelder, bien representados en todo el levante peninsular desde el 1200 a de C.
Sobre estas raíces i.e. *sar/*ser/*sor/*sur hallamos infinidad de ejemplos toponímicos, citados algunos ya en la antigüedad y otros medievales: Saravus (sar+awa =corriente de agua) nombre galo o como dice Coromines más bien sorotáptico (lengua de los Urnenfelder) véneto-ilirio. Sorobis citado por P. Mela (Chor. 2,92) al Sur del Turia y del que Schulten propuso que sería el río Serpis; aunque “su forma originaria quizás sería Serabis o Saerabis” (L. Pérez Vilatela); en Alemania: Saar (Renania), Seranna (Baden), Seriloch (Bayern), “flumen Sernon” (Frankfurt), Serach (Eslingen), Seribach (1352 Baden) Sarre (afluente del Rhin). En Francia: Séran, Serre, Sarre, etc. En Italia: Mantua Sariöl (arroyo) (Brescia), Valtelina Seriöla (arroyo) el Sarno (golfo de Nápoles), Sarmenza (celto-ligur); en Inglaterra el Soar; en Grecia una fuente Sarita (isla de Andros) y en la Península Ibérica: el Sar (P. Mela, 3, II “Tamaris et Sar flumina”) el actual río Xallas que desemboca en Corcubión. El río Sor (entre Coruña y Lugo), Regato de Sara (Rodeiro, Pontevedra); el Sarria (Lugo)[10], documentado en 1112 como “rivulo Sarrie”, capital de la tribu de los Sarios o Seruos. Y también en el N. O. peninsular: Sarela, Sor, Seria, etc. Saraguas (Valencia), Sueras (Castellón), Barranco de Sarnes (Lascuerre, Huesca), Fuente Sar (Santa María del Campo, Burgos), Arroyo Sarrión (Coaña, Asturias), Arroyo de Sarrón de la Forada (Boñar, Asturias), Arroyo de Sarave (Bocaica, Navarra), Balsa Sarasa (Urdiaín, Navarra), Fuente de Sora (Langás, Zaragoza), Siero (antes Sario, Asturias). Y también, con la consabida aalteración de la “S” inicial por la palatización románica: Jarama (Madrid), Jaraguas (Valencia), Jaramillo (Valladolid) Jaraco (Valencia).
Puede representar una ampliación de detalle el hecho de que en gallego “sur” es tierra muy húmeda, y en vasco “sario” es lodazal. Los “Seres”, según Plinio, eran los tártaros orientales, pueblos de la Escitia.
Volviendo de nuevo al topónimo valldemosín, parece evidente que la primera parte corresponde al catalán valle[11] (vall) para denominar aquel alto valle de Son Oleza, Son Ferrandell y Vistamar, que entre sus varios nombres, tenía el de “Serita” para designar el actual “Torrent del salt”[12] y aquella cubeta orográfica, frecuentemente anegada[13] y mucho más cuando no existía, la formidable red de acequias de desagüe actuales.

NOTAS:
[1] En cuanto a los inventarios de yacimientos arqueológicos en el término de Valldemossa; quizás sea el P. Bartolomé Vallperga Simó, biógrafo de Sta. Catalina Thomás en su obra: Vida, muerte y milagros de la bendita virgen sor Catherina Thomasa (1671) cuando habla de los juegos infantiles de la “beateta”, con unas “cuentas de rosario”, encontradas en la “Cova des morts” de Son Gallard (Deiá), quién nos facilite, la primera referencia escrita sobre la prehistoria de la zona; estación arqueológica que volverá a citar el Archiduque Luís Salvador, en su obra “Die Balearen” (1884) diciendo: “que se han desenterrado restos humanos rodeados de cal, que según una tradición, pertenecieron a las víctimas de una peste”.
Allá por los años cincuenta se publicaba en el Boletín de la Sociedad Arqueológica Luliana (XXXI, 269-271. 1953) un pequeño artículo de Elviro Sans Rosselló, sobre: “Los monumentos megalíticos de Valldemossa”, producto de exploraciones juveniles, efectuadas con el entonces arcipreste de la villa, el Sr. Cabot; en donde se daba ya noticia, medida y algunas descripciones de nueve talayots, pudiendo considerarse como el primer intento de aproximación global a la prehistoria del término. Es en la década de los 60 cuando Bartolomé Cilimingras Calafat presentará en Barcelona su tesis de licenciatura titulada: “Aportaciones a la arqueología de la Sierra Norte de Mallorca”, sentando las bases, para cualquier estudio posterior referido a la prehistoria de Valldemossa. Continuó el trabajo, José Mascaró Passarius con su Inventario de Monumentos Prehistóricos y Protohistóricos de la isla de Mallorca (1967) citando ya veintidós estaciones arqueológicas. Yo mismo presenté, en 1984, una relación de treinta y cuatro yacimientos en :“Los núcleos arqueológicos de Valldemossa (Mallorca) en el contexto de los primeros asentamientos de la isla y sus correspondencias con las áreas de influencia inmediata en el ámbito del Mediterráneo Occidental”.(British Archaeological Reports. International Series 229 The Deya Conference of Prehistory. Oxford. 1984). Desde los años 80 hasta su muerte, fueron los trabajos de William H. Waldren y su equipo de colaboradores del Museo Arqueológico de Deiá, los que prácticamente monopolizaron aquellas tierras valldemossinas, que abarcan la zona desde el “Puig de Sa Moneda” hasta Son Mas, pasando por Son Ferrandell, Son Oleza y Vistamar). G. Pons Homar realizó en 1994 el Inventario Arqueológico para el Govern Balear, añadiendo nuevos yacimientos a la carta arqueológica del término y finalmente en el 2000 Javier Aramburu-Zabala Higuera publicó “El espacio arqueológico en Valldemossa y Deiá (Mallorca), que representa el trabajo más detallado y completo que se ha realizado; pese a no citar trabajos anteriores como el de Cilimingras Calafat, no localizar las cuevas del “Pas de s´escaleta” y reseñar alguna confusión con los hallazgos de yacimientos, como el de “Cal sen Costella”, en donde sí se recogió, cerámica a torno, por parte de William H. Waldren, Richard Burleigh (Jefe del Dpto. de C14 del Museo Británico) y yo mismo; detalle este que aprovecho para matizar, y que fue depositada, en el Museo Arqueológico de Deiá.
[2] He tomado como referencia el trabajo de Nicolau Cañellas i Serrano y Joan Tortella i Araque. “La gestió tradicional de l´aigua a Valldemossa: Son Ferrandell, Son Oleza, Vistamar”. Ed. Ajuntament de Palma. Col.lecció Gorg Blau nº 1 (1992).
[3] Desembarco de moros en Valldemossa (1552). Resumen en Juan Muntaner Bujosa y José Fco. Argente Sánchez.” Introducción a la Historia de Valldemossa” (1980) Págs. 119-125.

[4] “Als 8 Octubre de 1717, feu altre aygo en Valldemoça della la Vila tan extraordinaria que en Torrent de la Marina judicaven que en alguns llocs passve mes de cent palms de aygo…… y quant fonch de die los plans dellá la Vila parexian ere un mar, perque era tan grosse que noy havía torrents ni sequias qui la pogueren recullir”. Archivo particular de Can Moragues des Recó. Llibre III de Actes Moragues. F. XI. Citado en: Juan Muntaner Bujosa y José Fco. Argente Sánchez.” Introducción a la Historia de Valldemossa” (1980).

[5] Nicolau Cañellas i Serrano y Joan Tortella i Araque. “La gestió tradicional de l´aigua a Valldemossa: Son Ferrandell, Son Oleza, Vistamar”. Ed. Ajuntament de Palma. Col.lecció Gorg Blau nº 1 (1992).
Pág. 7.
[6] Libro B. Fol.225. Archivo Jorge Fortuny. Escritura de 21 de Noviembre de 1531. Notario Perot Mulet. Citado por Juan Muntaner Bujosa: Nombres árabes de las Alcaries i Rafals de Mallorca. Legajo 78.2. Biblioteca March.
[7] Juan Muntaner Bujosa y José Fco. Argente Sánchez.” Introducción a la Historia de Valldemossa” (1980). Pág. 130.

[8] Julius Pokorny. Indogermanisches Etymologisches Wörterbuch. Pág. 909. Raíz *Ser ; con sus variantes vocálicas: *Sor/*Sur/*Sar/
[9] Referido a muchos ríos de la India; incluso a las arenas del Ganges. Río Saráyu, etc.
[10] También en Mallorca Sarriá (Doc. 1245 ACM Llibre Verd f. 113 y Llibre Groc f.118v) Con ciertas reservas por si pudiera deberse a un antropónimo de los conquistadores catalanes; ya que nos hallamos ante una poderosa fuente e inicio de torrente.
[11] Igual que sucede con Valldemossa y en donde el “vall” catalán es un añadido para matizar aquel “musuh” original. (Puede ampliarse la información en la entrada sobre Valldemossa de este mismo blog).
[12] En Valldemossa tenemos otro torrente con un interesante nombre Segaminich (1240) que nos puede remitir con bastante probabilidad a este mismo horizonte de hidronimia prerromana mallorquina. (Sek = corriente de agua en celto ligur + minich = hidrónimo Mini(o); que quizás trate proximamente.
[13] Es significativo que el cercano “Camp de Sor Tomassa” se denominara “olim el camp dels Polls”, árboles que necesitan grandes cantidades de agua y están asociados en Mallorca a fuentes y torrenteras.