viernes, 19 de diciembre de 2008

Los chopos de Santa Ponça

“El sábado por la mañana acordaron, el Rey y los nobles del ejército, enviar a D. Nuño Sans en su galera y a Ramón de Montcada en la de Tortosa a reconocer la costa y elegir un lugar apropiado para desembarcar.
Cuando regresaron, ya por la noche, dijeron al Rey que Santa Ponça era buen sitio para el desembarco”.

( La Conquista de Mallorca. VV. AA.)


Este lugar de Santa Ponça, elegido por los conquistadores cristianos de Mallorca en 1229 para invadir la isla, era, por aquel entonces, una alquería islámica que ocupaba una amplia zona del litoral y que en el “Repartiment” correspondió al Obispo de Barcelona, Berenguer de Palou.
Con anterioridad, en épocas prehistóricas, una parte importante de este territorio había sido extensamente habitado por indígenas talayóticos con un aire de familia ligur, céltico o celto hispano; [1] que pese a comerciar intensamente con Fenicios, Etruscos y Focenses, siempre mantuvieron su independencia guerrera.
Los abundantes restos de edificaciones así lo demuestran: El Puig de Sa Morisca, llamado también “els Pagos de Santa Ponça” [2], Son Miralles, Es Fornets, Santa Ponça 6 o Es Turó de ses Beies. Significativamente, algunos de estos hábitats perduraron hasta épocas medievales.
Pero, ¿Cual es el origen de este nombre tan antiguo ?.
Pues al no ser Santa Ponça, evidentemente, un nombre árabe, debería ser, en buena lógica, un nombre cristiano, anterior a los árabes en Mallorca. Aunque, curiosamente, al buscar en el santoral cristiano; Santa Ponça, no figura como tal santa por ninguna parte.
Entonces..... ¿ de donde surge?, ¿ que significa ?.
Un eminente filólogo, Joan Coromines, lo incluye entre el grupo de nombres mozárabes o anteriores a la conquista del Rey Jaime I, matizando, no obstante, que es posible que un buen número de estos sean prerromanos y no románicos.
Sabemos que Ponza antiguamente era Pontia y que la raíz *Pont se halla en un hidrónimo celta que equivale a “marisma” o “lugar pantanoso”.
El origen de este grupo, de acuerdo a la etimología, se halla en la raíz indoeuropea reconstruida*pn-k , * penk, *ponk, ejemplificado en el antiguo lenguaje peonio “ponktos” que significa “pantanoso” y en el antiguo indio “panka” que quiere decir “ pantano”, “lodo”, ”barro”.
De esa misma raíz derivan el inglés “pond”, (estanque, charca), el germánico ”fang”, el provenzal “fanga”, el castellano “fango”y el catalán “fang”, todos con significado de “barro”.
Según las leyes de la lingüística es fácil comprender como la sonorización del grupo ”ponk”, deriva en “pong” y por palatización en “ponz” o “ponç”.[3]
Tenemos innumerables ejemplos en esta línea: las marismas pontinas al sur de Roma, Ponticum o el Mar Negro, Pontia o Poncia ciudad de los Volscos, Pontido en el Valle do Douro en Portugal, Santiponce anegado en la Vega del Guadalquivir, Pontares en Coruña, Pontide y Pontido en Lugo, Puentedey, Pontizas, en la Península. Ponza antigua Pontia, islas frente al Lacio. Punderford en Inglaterra, Punderich en Alemania etc. etc.
Y como vemos la zona de Santa Ponça ( Calviá ) corresponde geográficamente a la desembocadura de un torrente con amplios humedales y tierras pantanosas, apreciables todavía pese a la ingente mole de edificaciones.
Es evidente pues que nos hallamos ante un hidrónimo antiquísimo que nada tiene que ver con puentes, aunque el pons- pontis latino, pudiera derivar de éste.
Actualmente sabemos que en las culturas prerromanas de tipo indoeuropeo y céltico muchos elementos naturales y divinidades se hallaban unidas en un solo concepto, y así se encargaron de recordarnoslo algunos clérigos, en los siglos posteriores a la caída del Imperio Romano; como San Martín Dumiense cuando en sus escritos[4] arremete contra los paganos adoradores de las divinidades antiguas que tenían su asiento en piedras, árboles, fuentes, ríos, lagunas y pantanos; y que no era otra cosa que la pervivencia en las áreas no urbanizadas del sustrato religioso céltico europeo.
Sabemos, que para estas gentes prehistóricas y protohistóricas, las aguas, tenían una especial significación religiosa, pues estas representaban el tránsito hacía el mas allá , hacía el otro mundo y así a orillas de fuentes, lagos y pantanos; como junto a determinados árboles o piedras significativas, efectuaban sus complejos rituales.
También sabemos de una antigua divinidad prerromana y acuática llamada Ponto o Bonto, cuya manifestación femenina debió ser Ponta o Ponza; feminización nada extraña si nos atenemos a otras mitologías cercanas como la Griega y en las que vemos que el mar era Pontos, hijo de la diosa Gea y el dios Urano y que las Nereidas o ninfas acuáticas tenían nombres con el radical *pont del que hablamos: Pontomedea, Pontomedusa, etc.
Respecto al “Santa” de Santa Ponça, en Mallorca, aparte del caso de Calviá, se da el mismo topónimo/hidrónimo en el término de Manacor y en Establiments, ambos en zonas proclives al embalsamiento de agua y con abundancia de chopos o álamos. Todos derivan de una raíz celto ligur *sant con significado de humedal, zona pantanosa.
Igualmente en Menorca se halla un Santa Ponça en el término de Alaior. Y a estas alturas se estarán preguntando ¿ que pintan aquí los chopos ?
Pues resulta que en zonas de León y Asturias, en el siglo XV, están documentadas las palabras Ponjos, Ponjales, pol(l)os [5] y ponxales referidas a zonas encharcadas, donde abundan los álamos o chopos. Y en el barranco de Santa Ponça todavía puede disfrutarse de una agradable excursión bordeando innumerables y plateados chopos junto al torrente. Antiguamente, sin duda, habría muchísimos mas.[6] Santa Ponça sería pues el “humedal de los chopos o álamos”.
Y en aquellos humedales, sagrados y llenos de álamos, donde los indígenas talayóticos veneraban a sus antiguas divinidades, se halla, posiblemente, la solución al enigmático nombre de Santa Ponça.


NOTAS

[1]
Cada día es mas evidente que las poblaciones prehistóricas de Mallorca, derivaron , desde un sustrato indoeuropeo del Broce Final y Campos de Urnas, hacía una sociedad de tipo céltico o celtíbero. Así lo evidencia no sólo el contexto y registro arqueológico, sino también los abundantes antropónimos y topónimos célticos de época romana.
[2]
( B. S. A. L. XVII, 1937-38)
[3]
El radical Ponto es frecuente en nombres célticos de la Península Ibérica y de la Galia Cisalpina y en posteriores nombres personales, seguramente teofóricos como Pontius, Poncio, Ponciano, Pontina, Ponciana etc. Incluso en palabras del castellano antiguo relacionadas con el agua: pondo ( tinaja ) o ponton ( barcaza plana y chata típica de las zonas pantanosas de poco calado).
[4]
( De Correct. Rust. XVI )
[5]
El álamo, chopo o poll en catalán, son árboles que tienen su hábitat natural en grandes humedales y zonas encharcadas; árboles que esponjan agua y cuya raíz nos recuerda la palabra italiana pollino (pantano) .
[6]
Y podríamos continuar con la milenaria tradición que enlaza los símbolos del agua, el árbol y la diosa. Y cuyas últimas manifestaciones fueron la gran cantidad de vírgenes cristianas medievales aparecidas en troncos de árboles, pero sería ya tema de otro artículo.