jueves, 3 de julio de 2008

UNA ISLA, MIL CAMINOS.

Caminar pausadamente por Mallorca, un poco al margen de los habituales circuitos turísticos, puede ser una experiencia casi mística.
El silencio de los poderosos acantilados de la Sierra Norte "que la illa travessa, que la illa defensa"; los espacios abiertos y agrícolas de "Es Plá"; los pequeños refugios naturales del "LLevant".
Torrenteras espectaculares, picachos que acarician el cielo. Calas recónditas y desiertas, de diminutos cantos rodados o de arena virgen.
Frondosos bosques de encinas; pequeñas ermitas junto a fuentes cristalinas.
Amaneceres y atardeceres que sobrecogen el alma.
Un festival de la Naturaleza, moteado, por una cultura de siglos: Cuevas de enterramiento, santuarios prehistóricos. Torres de defensa costera y castillos medievales.
En esta Mallorca, existe, otra Mallorca, llena de plantas aromáticas y medicinales, de setas, trufas, madroños y flor de azahar. Una Mallorca de días radiantes de sol, en donde el aire es puro y huele a mar.
Toma la mochila y tus botas de montaña, te darás cuenta que esta isla tiene mil caminos.
Aún podrás disfrutar de esos rincones, maravillosos y mágicos,que quedan semi ocultos, en la isla de los bienaventurados, bajo la protección de la blanca diosa luna; pués como decía el pintor Santiago Rusiñol, en su precioso libro "La Isla de la calma"(1922)
“Si quieres huir de los empujones del mundo; si quieres darte cuenta de que en la tierra existen primavera y árboles floridos; si quieres acercarte a las estrellas…. ¡vete a la isla de la calma ¡ Hallarás hombres discretos que no te darán prisa en pensar; que no ensordecerán tus sentidos; que no te mancharán la visión; que te dejarán descansar cuanto te plazca, y permitirán que vivas en ti mismo, y hallarás un lecho de flores creado para la contemplación.
Y si te duermes calmado, tampoco tendrás que arrepentirte, pues el vivir calmadamente tiene dos ventajas: se vive mejor y más tiempo.”